~El ultimo grito de Esperanza~ [Evento vía Post]

~Alexis~

Su madre le había pedido que no se le acercara, mas la pequeña no entendía por qué, después de todo siempre habían sido muy unidas, pero desde que sus padres volvieron de URSA ya no le prestaban tanta atención, es más, casi no los veía… y de verdad los extrañaba demasiado. Extrañaba el pudding de su madre, los juegos con su padre, pasar el tiempo los tres juntos, escuchar historias, cantar o, simplemente, estar juntos…

La curiosidad heredada de su madre y el rechazo a la soledad eran sus características más fuertes desde el nacimiento. Siempre activa, siempre apegada, no soportaba la idea de estar sola y menos si no le daban razones para ello, así que ideó un plan: Entraría por la noche a la habitación de sus padres y los despertaría con un abrazo.

Así esperó y el cielo se oscureció, era el momento de actuar. No se colocó pantuflas ni zapatos para anular el sonido de sus pasos, se preocupó de revisar que ni su abuela ni su tío la escucharan y caminó lentamente hasta la pieza de sus padres, abrió la puerta y saltó sobre la cama.

- GOOD NIGHT~! – gritó animosa, mas se asustó al ver como sus padres se despertaban alborotados y con un rostro pálido de miedo terrible – W-What’s up? ... – dijo, viendo a sus padres, quizá más pálida que ellos.

La madre se dio cuenta de que no habría vuelta atrás, se aguantó el llano y caminó hacia la puerta, cerrándola con llave, para luego regresar a su cama y sentarse frente a su hija. Le explicó la situación, un virus extraño y sin cura los había afectado a ambos… y ahora ella también estaba infectada. “Solo queríamos protegerte…” le dijo su madre, llorando adolorida.

La pequeña se asustó, pues no entendía bien que era la muerte, solo había visto algo por las noticias de la TV y alguna vez había leído algo a escondidas de sus padres, pero no sabía que era y tenía miedo de su iba a sufrir… mas, respondiendo a sus raíces, simplemente sonrió y abrazó a sus padres con fuerza, besando ambas mejillas de cada uno y uniéndose al llanto de su madre, la cual comprendió en seguida que su hija estaba asustada, pero… ambas valoraban el estar unidos en ese momento… pasara lo que pasara, siempre estarían juntos ¿No?...

~Rest in Peace, Alexis Jones~
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~NyoEstados Unidos~

Eran cerca de las 10 de la noche, un fuerte dolor se había apoderado de su cuerpo… algo la estaba comiendo por dentro, algo estaba destruyendo su ser y ella no podía controlarlo. Aún así, ella intentaba seguir escribiendo su historia, su único patrimonio que demostraría que alguna vez existió, su última esperanza de ser recordada y de mantenerse, de alguna forma, en este mundo.

Habían pasado cientos de años desde su nacimiento, siempre había logrado sobre-ponerse a todo lo que las guerras y la naturaleza le impusieron, pero esta vez… esta vez nadie podría salvarla. Destrucción inminente, caos social, dolor nacional, baja taza de natalidad, desgaste económico, alza en las muertes… fin, eso era, era su fin…

- Tanto tiempo lo negué… t-tan poderosa me creí… tan valiente, siempre gloriosa, con la justicia de mi lado ¿quién pensaría que podría ser vencida? … pero el mundo me a derrotado… e-es… momento de caer… - se decía en voz alta, mientras continuaba escribiendo casi una auto-biografía de ella y su tierra.

Las alegrías, los dolores, las amistades, su familia, lo que perdió, lo que ganó, todo quedaría plasmado por largo tiempo en aquellas páginas y en aquel archivo on-line, todos podrían verlo hasta que… la raza humana finalmente se auto-destruya en guerras y dolor.

Un país fallecía, una historia que se intentaba conservar, una luz que se apagaba, una nación que caía en el olvido de la escala del tiempo… y, por desgracia, no sería la única… muchas otras le seguirán… Muy pronto, muchos como ella se perderían sin poder regresar… La guerra generó caos y destrucción incontrolables… los países corren peligro, mientras el último cabello dorado cae sobre el papel y se desvanece junto con el cuerpo que solía acompañarle…
The End, USA.

…¿Emily, te gustaría haberte casado conmigo?...

“Aquí yace el soldado que murió por amor a su Nación…” Descansa en paz Alfred F. Jones.

Porque las naciones no tienen derecho a dejarse llevar por sus sentimientos.

Hacia muchos años, siglos atrás había escuchado aquello del hombre que mas había podido odiar en su vida.

- ¿Por qué no tenemos ese derecho da? -pregunto en un suave susurro que apenas si se pudo oir en la enorme sala donde se encontraba el y quien hizo de el lo que era.

- por que nos olvidamos de lo importante, que es nuestra nación, nuestra gente, debemos velar por los nuestros, enamorarnos de un humano esta prohibido, y de otra nación… es un pecado, jamás olvides eso Vanya, tu gente esta por sobre todo

Tanto tiempo hacia ya de eso… y aun recordaba sus palabras textuales, pero se había olvidado del verdadero significado de esas palabras, ahora todo el peso de lo ocurrido le caía encima.

Olvide a mi gente

Caminaba con dificultad por el campo pintado con la sangre de su propia gente, unos cuantos soldados corrían y buscaban sobrevivientes, los menos heridos se defendían con uñas y dientes de los enemigos y trataban desesperadamente de salvar a aquellos que aun respiraban.

Olvide mi país, me olvide de todo por creer que podía tener…

Sujeto con fuerza su Kalashnikov y se apoyo en un muro derruido, cerrando los ojos unos momentos para concentrarse en lo que estaba ocurriendo, el cuerpo ya ni siquiera le dolía, aun con todas las heridas y disparos recibidos, ya no sentía nada aparte de aquel peso sobre los hombros.

Y aun no me lo puedo sacar de la cabeza

Se maldijo por aquello, solo bastaba con que cerrara los ojos unos segundos y el recuerdo de unos ojos azules, chispeantes y alegres, agresivos y siempre llenos de voluntad aparecían en su mente. Se maldecía, se maldecía de todas las formas posibles por todo aquello, había dejado de lado a su propia gente por imaginar por unos momentos que podía tener de cierta forma una vida normal junto a alguien, aun cuando todo había partido como una lucha de poder, un juegos lleno de trampas donde nadie vencía y siempre trataban de aplastarse mutuamente.

-¿por que quisiste hacerte uno conmigo? -preguntó una noche, una de las mas tranquilas que pudo tener junto a él, mucho antes de lo de Vladimir y de que todo perdiera color, sentido y forma.

-Because... I.. -cuando el yanqui le tuvo que responder, titubeo, pero no le quito la vista de encima, mientras el ruso observaba extasiado ese sonrojo que cubría sus mejillas- I love you... I mean it and... Dunno... Te veías siempre tan.. Solo...

Y ahora hasta el estaba muerto.

Cuando abrió los ojos se dio cuenta que sus manos temblaban, de miedo, de miedo por su gente, por su país, ni siquiera por el, ya no le importaba lo que le pasara, sabia que ya no habría vuelta atrás después de esto, seria una misión suicida en ultimo caso, con tal de reivindicarse un poco, de salvar a los que pudiera, la sangre de los suyos jamás volvería a manchar sus tierras, sus campos.

Volvió a empuñar el fusil de asalto con fuerza y le hizo unas cuantas señas a los soldados que aun se mantenían en pie.

- defenderemos nuestras tierras da~ y pase lo que pase no permitiremos que se queden con nada -susurro, con una de sus sonrisas, manchada por la sangre y la tierra, estaba igual que sus soldados.

Pase lo que pase no se quedaran con nada

Dejo de sonreír en el momento en que vio a uno de sus hombre tirados en la mitad del campo, entre fuegos enemigos, aun vivía, se trataba de arrastrar inútilmente por el suelo, solo con un cuchillo en mano, estaba seguro que solo era un joven, un simple niño involucrado en todo esto, pero no se podía hacer nada, no era mas que un cebo, un movimiento fuera de las trincheras y se podían dar por perdidos. Era una pelea sin rastro de humanidad, era ahora cuando se veía salir a flote lo peor de los hombres.

Los estaban cercando, cada vez mas, era inútil cualquier intento de fuga y tampoco se permitiría aquella cobardía, desde el momento en que había empuñado el fusil se dijo que saldría de allí con la victoria o muerto.

- Hoy nadie ganara, ya es tarde para todo da -susurro apenas, ampliando su sonrisa, saliendo de aquel lugar ante la mirada atónita de sus soldados.

No vale la pena recordar lo que ha ocurrido, hoy la historia se acaba aquí

Un grito casi eufórico dio la ultima orden de arrojarse contra el enemigo, moriría por su tierra, como siempre debió haber sido.

La tierra, mis tierras no volverán a ser manchada con la sangre de los míos



El sabor a sangre, el dolor agudo y los sonidos que es escuchaban de forma amortiguada, un grito lejano que no distinguió en el momento en que golpeaba a uno de los enemigos con la culata del arma y sentía algo que le desgarraba el vientre.


La respiración se le hacia dificultosa y el cuerpo le pesaba demasiado, sentía que la tierra se hundía bajo sus pies.


El cielo gris fue lo ultimo que vio, y lo ultimo que sintió fue un copo de nieve sobre su rostro que le pareció una fría caricia.

- Campo, mi campo… mi amplio campo… l-los héroes… los héroes… se pasean en el campo… héroes de lo últimos tiempos…


La sangre de mis héroes, mi gente, no volverá a manchar mis campos

Todo parecia un sueño, un sueño que poco a poco se fue tornando una pesadilla en la que ya no podia despertar, sin importar cuanto se sacudiese.

Al parecer el ataque habia sido 'exitoso'. Sonrió triunfal al recibir el informe, a pesar de haber perdido unos cuantos pilotos. Pero bien, sus sacrificios no serian en vano, pensaba que con eso ya no tendría que luchar mas en esta estúpida guerra.

Oh, cuanto desearia haberse equivocado.

Apenas habían pasado un par de días desde ese atentado. Los rumores empezaron a escucharse, que los pilotos habian sido contagiados y de estos no se volvieron a escuchar mas. El pánico no tardo en aparecer mas el americano no se dejaria llevar por ese sentimiento de completa perdición que se apoderaba de su gente.

Tampoco diría que él mismo habia sido contagiado.

Poco a poco, su estado se fue debilitando. Siendo una nación, los sintomas tardaron mas de lo normal en mostrarse, pero sabía que su contagio fue desde las primeras pruebas.

No habia visto a Rusia desde hacia tiempo y no le sorprendio la noticia de su muerte.

''Idiot. Se fue solo al campo para matarse''

Y entonces se dio cuenta de la realidad. No lo volveria a ver.

Se había quedado solo.

- This... - Miró a su alrededor. La calle principal de su capital completamente vacía, si es que no se contaban los miles de cuerpos sin vida que yacian a los alrededores. - This isn't happening.

No, esto en verdad no le podía estar pasando a él! Era un héroe, los héroes no perdian, no se quedaban solos!

''No eres un Hero.''

- Shut up...-

''Nunca lo fuiste y por eso paso esto.''

- Shut the Fuck Up! -

Se sintió tan estúpido gritandole a la nada, no habia nadie más que el con vida, nadie a las cercanias, nadie quien lo escuchara...

Entonces, una risa retumbo por todo el lugar. No era aquella risa aguda y molesta, llena de alegría que tanto caracterizaba a la nación americana. Ya no habia sentimiento alguno, habia sido quebrantado y la alta fiebre le estaba haciendo delirar.

Sintió algo calido mojando su mejilla; se limpio la lagrima, mirando su mano extrañado. Estaba feliz! Que acaso no se veia?! Sonreía como nunca lo habia hecho! Entonces... Porque estaba llorando?

Pronto se le dificultó seguir adelante. Sus pasos se volvieron torpes y pesados. Miró una vez mas a su alrededor. En donde se había ido a meter? Terminó en un cementerio. Tal era su distraccion que ni se dio cuenta cuando habia empezado a llover a cántaros.

Se detuvo enfrente de una tumba, aun no tenia nombre y apenas se habia terminado de cavar.

-Young men standing on the top of their own graves... - Susurro para si mismo. - God is wearing black...

El suelo debajo suyo se volvia mas resbaloso y el rubio no tardo en caer hasta el fondo de aquella fosa. Se golpeo la espalda y no dejaba de toser. Su respiración se tornó mas dificultosa. La lluvia seguia cayendo, empañando la vista a traves de sus lentes.


No habia ya salvación para él. Habia escalado hasta lo mas alto, sido la nacion mas poderosa que alguna vez existió para despues caer hasta lo más bajo.


No se volverá a levantar.

- Maybe... I'm a sinner... Maybe... I d-deserve to die.


Dicen que cuando alguien muere, ve su vida pasando enfrente de sus ojos. Otros dicen que ven una luz al final de un largo tunel oscuro. Esta nacion les diria que esas no son mas que patrañas. No hay tunel al que ir y no es toda su vida lo que se ve pasar frente suyo, solo los recuerdos mas felices que tuvo.

Sintio su cuerpo hundiendose cada vez mas, no mostró resistencia. Era como aquel sueño que tuvo hacia tiempo atrás...

Solo... Se dejo llevar, por ultima vez.

''The Heroe doesn't always win''

~Aqui yace el Héroe Caido, la Unión Rusa Soviética Americana Estados Unidos de América~

Las cartas nunca mienten. Muchos otros diran que no es mas que supersticion, mas a Rumania nunca le habian fallado, almenos no en sus tiradas personales.

Salto de la caravana donde viajaba cuando paso por su destino. Su hogar habia terminado de secarse, hacía frio pero era un frío seco y desalentador. La vista frente suyo no le sorprendia, despues de todo él ya sabia lo que pasaria tarde o temprano.

Durante su larga travesía habia visto muchas cosas. Habia convivido con otras naciones incluso en los tiempos de la guerra aun sin haber tomado un bando en especial, aunque por quienes pasaba mas tiempo, podria haberse considerado del lado 'aliado'. Al final su presencia no habia hecho diferencia.

Tomo asiento en el suelo y vació su morral. No habia muchas cosas ahi, su baraja del tarot, una pistola que habia robado de algun lugar que ni recuerda, un pan ya duro y desabrido y por último una libreta y pluma.

Ya no le quedaba mucho por hacer mas que esperar su fin, el cual sabia que no tardaria mucho en venir. Se pregunto que habra sido de aquel soldado ruso que le regalo esa libreta, del soldado y su pequeño.

Retomo la baraja y se dispuso a hacer una ultima tirada, preguntando por aquellos a quienes habia dejado atras.

La primera carta, 'los enamorados'. Quien lo diria? Alguien como él cayendo por un humano? No solo un humano, sino un soldado del lado enemigo! Las vueltas que da el destino son... Simplemente incomprensibles.

La segunda carta, 'el carro'. Usualmente significaba victoria y superacion, mas esta estaba invertida. Eso significaba un mal presagio, enfermedad, desorden, peligro.

El rumano no quiso destapar la tercera, por primera vez en mucho tiempo no quiso saber que seria del futuro próximo. Seguir con la ilusion de que ellos estarian bien. Pero sabe que una vez iniciada la tirada debe de terminarla a menos que haya alguna señal de lo contrario. La cual para su desgracia jamas llego.

La ultima carta, 'la muerte'; la cual tambien estaba invertida. Las esperanzas se han esfumado, no queda mas que hacer por ellos.

''No hay mas que hacer... La muerte no siempre es mala''

Y aun asi, temia por el futuro, por su propia muerte. Se recostó sobre el piso y tomó ahora la libreta. Durante su viaje de vuelta a casa habia escrito todos los detalles de su travesia. Quizas asi, si desaparecia, alguien encontraria esa libreta. Podria asi dar un poco sobre su propia historia.

- Una última historia que contar, antes del gran final.

Volvio a sentarse y se puso a anotar un pequeño resumen de los ultimos años. Como habia ido todo en picada, como las naciones se pusieron a pelear por una causa perdida y lo unico que lograron fue empeorar las cosas.

Y como otros prefirieron quedarse cobardemente a observar.

''Pero no todo esta predido, si alguien llegase a sobrevivir...''

Dejo a un lado la libreta y volvio a recostarse, sonriendo ante ese pensamiento. Cerro los ojos, disfrutando del frio viento de su casa. Si todo acababa para él, tendria el confort de poderse encontrar a otros en el otro lado.

''A veces las cartas pueden equivocarse''

- P-Por mucho... ¿Cuánto tiempo he olvidado? ¿He perdido?... ¿A dónde fue todo eso? - Se preguntaba el italiano, revisando su libreta, repasando cada muerte, cada pena, cada alegría, todo lo que había alcanzado a escribir, mientras al fin... después de tanto tiempo, al fin su sonrisa de falsa felicidad desaparecía de sus labios y era reemplazada por cristalinas y suaves lágrimas que caían por su rostro con rapidez...

Una suave voz distrajo sus pensamientos, una voz de mujer. Estaba siendo observado por los encargados de re-hacer el mundo que habían elegido en su país, pues habían estado encerrados en un bunker y ahora, luego de más de tres meses de dolorosa e incesante guerra, salían a las calles con trajes especiales, esperando a que la Nación Italiana les entregara aquel diario que contenía todo lo que las demás naciones habían dejado...

Italia se negaba a separarse de el, pero... estaba en una silla de ruedas, apenas podía mantenerse lúcido de memoria, al punto de que escribía más de tres veces la misma oración en el diario. "No es raro al final... que yo... sea el que quede...", se decía a si mismo, revisando lo último que había escrito para continuar, "... después de todo... siempre que recordaba escapaba, siempre que veía este diario lloraba al recordar a todos los que se han ido... Prusia, Alemania, Emily... mi familia... m-mis amigos... incluso mis enemigos... personas que no conocí y sobre las cuales he escrito... tantas memorias..." Lentamente, comienza a transcribir lo que piensa, para así no pase al olvido.
"Traspasé todas las cartas de Emily hacia su hija, todo lo que su hija le dibujó a su madre fue cuidadosamente copiado, todo lo que pude recolectar de Alemania, de Prusia, de Rusia, de US- URSA... en fin en fin todos todos los diarios que tenían algo histórico están aquí... ha-hasta los de Rumania lograron llegar a este diario, que comenzó como un simple intento de que comenzó como comenzó como forma de recuperar mi memoria, de mantenerme a la hora, literalmente... y ahora... ahora queda en manos de ¡TODOS Y CADA UNO DE USTEDES! No lo desperdicien. Este diario es por y para ustedes
El fin el fin...... el fin de esta humanidad se acerca, el inicio de una nueva civilización, aquella más perfecta que todos deseábamos alcanzar de una u otra forma, ese lugar.... queda queda queda en sus manos. No lo desperdicien. Vean lo que nos ha costado vivir en un mundo así... con do c con con guerras, con dolor, con sufrimiento, con pérdidas...
Ya no les puedo contar nada más... d-de aquí en adelante comienza la historia de ustedes... quizá.... quizá alguien les vaya a visitar en unos días o meses más... y...
Quizá alguien les visite y les cuente, tal como Rumania lo habrá hecho alguna vez, tal como Emily quizo hacerlo con su hija... tal como Prusia relataba historias a un escucha que nunca llegó, así mismo ustedes puede que reciban... reci... reciban a alguien que les cuente lo que... lo que aconteció al inicio del nuevo futuro...

Un cariñoso, cordial y esperanzador saludo, a nombre de todos los países que han existido, desde la que nombramos Pangea hasta nuestros días, les desea...
Italia... Feli, Alice, Lovi y Chiara."

Así fue finalmente sellado el diaro con el que el nuevo mundo recordaría todo lo que había pasado antes de el... todas las alegrías y tristezas de un tiempo no tan lejano, pero a la vez muy distante.

Y así, tal cual, el italiano lo entregó a dos felices parejas, las cuales lo aceptaron con gusto, contagiándose de la emoción de Italia y abrazándolo con cariño... sería el último afecto del viejo mundo para ellos... y el último abrazo que el italiano recibiría y olvidaría.

Finalmente, Italia quedó solo, sentado en su silla de ruedas, con una respiración afectada por las heridas y el llanto, pero... con algo incontrolable.... Cerró los ojos, llenó su mente con los rostros de todos y, con alegría, esperanza y orgullo, sumado al esfuerzo de recordar a quienes habían hecho tan, pero tan hermosa aquella vida... comenzó a cantar...

- ... Ah~ que hermosa Tierra~ con un círculo ustedes pueden crear~ por nosotros van a brindar... - vacío, no le importaba, de a poco su voz de apagaba y no quedaba ya tiempo para recordar. Las parejas lo escuchaban al irse y el... continuó - Si todos se unieran en una hermosa melodía~ T-Todo sería mejor y viviríamos en paz! .... .... agitando! y agitando! en un desfile las banderas! con esta melodía que es universal! los cinco continente y los siete... y los siete mares! TODOS AL MISMO TIEMPO CANTARAN~!!

Su voz ya era solo un hilo, aquel grito sonó como una voz normal... aún así... apenas murmurando... siguió con lo último que recordaba a la perfección... - Este carnaval nunca terminará! ...En...E-en... nuestros sueños continuará!......

Su boca ya no pudo pronunciar sonido, su cuerpo no soportó más y, en una última exhalación, muy suavemente, se pudo escuchar aquel tic verbal que lo acompañó toda su vida, seguido de un suave y cariñoso adiós...

Aquí descanza la Nación que dio las últimas esperanzas al nuevo mundo y que acaba con la vida del antiguo... ¡Hasta Siempre, Italia. ¡Hasta Siempre al Mundo! Esta tercera y última Gran Guerra... ha llegado a su fin para las naciones...

Dos suaves figuras, casi fantasmales, pero amistosas, aparecen en escena: un joven castaño con un niño igual a el en brazos, los cuales se despiden lentamente con la mano, diciéndoles a todos:
- VEE~!!Arrivederci!! miei cari amici!!